El pasado lunes durante un vuelo Berlín-Barcelona, se dio uno de los sucesos más bochornosos y curiosos en la historia de la aviación, cuando al inicio del viaje, el pasajero Javier Pasiego se echó un gas bastante oloroso, que produjo gran malestar en varios de los pasajeros que estaban a su alrededor, por lo que al sentir las miradas de odio, decidió culpar a su esposa del incidente e incluso argumentó que no la conocía:
"Qué poca vergüenza señora, y encima en un avión, que aquí la gente come y duerme y estamos todos muy pegados", fueron los gritos que realizó Javier en contra de su esposa, a la vez que le exigió a la tripulación que le consiguieran un lugar vacío en el avión, ya que no deseaba pasar ni un minuto más al lado de la desafortunada mujer.
Ante esta acusación, la mujer declaró que está muy triste con el señalamiento de su esposo, sin embargo, es tal el amor que siente, que ha decidido perdonarlo y tomar la situación como una experiencia cómica:
"Teníamos unos días de vacaciones que nos reservamos para ir a Berlín. Ha comido cada día col cruda, así que supongo que aquello ha ido acumulándose y el señor ha tenido que soltarlo en el avión. Pero eso no me importa porque le quiero, lo que no puedo consentir es que me acuse a mí y encima poniéndose de pie y chillando y señalando con el dedo".
"Incluso sugirió que me dieran un paracaídas. Lo fuerte es que el resto de pasajeros le creyó. ¿Desde cuándo las chicas hacen cosas así?", declaró la desconcertada mujer al aterrizar en el aeropuerto de El Prat, donde finalmente se puso saber, que en realidad fue su esposo el culpable de la flatulencia.
Vía Univision
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